La pelota de frontón no era juego de niñas. Pero ellas también se divertían con pelotas de menor tamaño y dureza. Era muy frecuente verlas jugar a botar la pelotita al tiempo que recitaban versos y practicaban algunos movimientos o gestos como dar palmadas, pasar la pelotita por debajo de la pierna o el brazo, darse media vuelta, etc. Las letrillas eran bellamente ingenuas:
"Ya no bota
mi pelota.
Mi papá
me compra otra".
"A mi una
mi aceituna.
A mi dos
mi reloj.
A mi tres
mi café
A mi cuatro
mi zapato.
A mi cinco
mi abanico
A mi seis
sota, caballo y rey".
sota, caballo y rey".
No hay comentarios:
Publicar un comentario